“Madre Patria” y “Coraza”, los operativos policiales de los últimos días, han dejado al descubierto el poder, la innovación, la diversificación, la consolidación y la infiltración del crimen organizado en Costa Rica.
En el primero de ellos, con allanamientos simultáneos Alajuela, Heredia, Cartago, San José y Puntarenas las autoridades judiciales realizaron acciones contra 54 personas vinculadas a una estructura delictiva dedicada al fraude registral con la sustracción de hasta 300 propiedades, actividades de lavado de dinero y transacciones diarias de hasta $13 millones en criptomonedas.
Jueces y otros trabajadores del Poder Judicial, policías de tránsito, notarios y los cabecillas del grupo, de nacionalidad española, fueron el objetivo de este operativo, el más grande en la historia del país y para el que se requirió un seguimiento de dos años y medio.
El caso Coraza fueron 29 los allanamientos en Guanacaste y Alajuela para atrapar una banda dedicada al narcotráfico y la legitimación de capitales, incluyendo al jefe de la Fuerza Pública del Ministerio de Seguridad en Nandayure.
Esta organización delictiva habría usado, entre otras, la pista de un hotel para el trasiego de droga y aunque había recibido un golpe con la incautación de 400 kilos de cocaína, se mantenían operando no solo con estupefacientes sino con las actividades de lavado como la compra de ganado.
Para entender las ramificaciones del crimen organizado en instancias oficiales conversaremos con el especialista en temas de inteligencia y seguridad, Álvaro Ramos Rechnitz.
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