Las ambiciones políticas del expresidente Donald Trump fueron confirmadas. Este martes anunció su precandidatura para tratar de obtener la nominación republicana e intentar con ello volver al poder en los Estados Unidos.
El lanzamiento de su postulación no fue sorpresivo en absoluto, solo confirmó la agitación del tablero político para los fragmentados republicanos que lograron muy magros resultados en las elecciones congresionales de medio período la semana pasada y que habrán de dilucidar entonces si irían a los comicios con un candidato que hoy por hoy no tiene el respaldo popular que tuvo en su primera campaña. Pero no solo eso. Trump es una figura polarizante en extremo que lleva sobre sus espaldas acusaciones fiscales, políticas y penales de diversa índole y la vergonzante responsabilidad de la toma del Capitolio en enero del 2021, según lo determinó una comisión especial investigadora en el Congreso.
Esto y más en análisis de política internacional el miércoles con Eduardo Ulibarri, periodista, ex embajador y analista.
El lanzamiento de su postulación no fue sorpresivo en absoluto, solo confirmó la agitación del tablero político para los fragmentados republicanos que lograron muy magros resultados en las elecciones congresionales de medio período la semana pasada y que habrán de dilucidar entonces si irían a los comicios con un candidato que hoy por hoy no tiene el respaldo popular que tuvo en su primera campaña. Pero no solo eso. Trump es una figura polarizante en extremo que lleva sobre sus espaldas acusaciones fiscales, políticas y penales de diversa índole y la vergonzante responsabilidad de la toma del Capitolio en enero del 2021, según lo determinó una comisión especial investigadora en el Congreso.
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