No es que al conocer el resultado de la convención del PAC se haya acabado la confusión preelectoral que podemos suponer se aloja en la mayoría de los 3.5 millones de electores que pueden votar en el 2022.
No, los movimientos en todos los sentidos parecen más bien haberse acelerado esta semana, pero ciertamente hay una cosa clara: el candidato presidencial oficialista se llama Welmer Ramos y uno de sus postulados es separarse de la política económica del gobierno de su propia bandera.
Los tres partidos tradicionales, con sus apuros y diferencias, tienen ya candidatura presidencial ratificada. Es, sin embargo, un primer paso que desemboca en la conformación intrapartidaria en la que se baten muchas de las diferencias internas. Por eso las negociaciones, conflictos, fugas y muchos acontecimientos que a veces -solo a veces- se lavan en casa propia.
Pero los tres partidos principales solo son una pequeña porción en la diversidad política que se asoma para el torneo y que parece generar más confusión que entusiasmo.
Lo bueno (o no) es que faltan 160 días para la elección presidencial del 6 de febrero, que podría ser solo el primer 'heat', en los términos olímpicos.
Hacemos un sobrevuelo por el terreno político para mirar la configuración de la competencia electoral que debería convocarnos a todos, con Jesús Guzmán, politólogo del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica.