En un procedimiento expedito en extremo, la Junta de Pensiones del Poder Judicial aprobó la pensión de la hoy ex Fiscal General de la República, Emilia Navas, quien entre el viernes y el lunes cambió de opinión y decidió no disfrutar de las vacaciones pendientes, sino cerrar de una vez su carrera como cabeza de uno de los cargos públicos más importantes del país.
Con el sobreseimiento de Soresco, sin haber logrado llevar a juicio aún los conocidos casos de la Trocha y el Cementazo, y con muchos señalamientos por la espectacularidad de su ejercicio (allanamientos en vivo, filtraciones de expedientes privados y conflictos de interés) a doña Emilia Navas habrá de sucederla un o una Fiscal General mediante un concurso abierto y transparente con un procedimiento riguroso para intentar darle más estabilidad al Ministerio Público que ahora entra en proceso de recomposición.
En tanto, al frente de la institución que define la política de persecución criminal del país, el Fiscal Subrogante; un término poco usado en nuestro léxico, pero que llanamente alude al “sustituto, reemplazo o relevo”. Se trata de Miguel Ramírez López, Fiscal Adjunto de Fraudes y Cibercrimen que fue electo la semana pasada por 17 de 23 magistrados de Corte Plena.
Con una larga carrera de tres décadas, este abogado ha sido fiscal auxiliar, fiscal y fiscal adjunto en Limón, Puntarenas, San Ramón y Heredia. Ha trabajado en casos muy sonados como el Banco Anglo, el asesinato de Parmenio Medina y el segundo juicio por el homicidio del ambientalista Jairo Mora.
Apenas dos semanas atrás no había sido electo por el cargo cuando el fiscal Wagner Molina le ganó la designación. Sin embargo, al igual que Navas, Molina debió inhibirse de conocer el caso “cochinilla” por parentesco con una implicada y ello le abrió la puerta a esta designación interina al Fiscal Ramírez López con quien conversamos ampliamente en Hablando Claro.