Con la recaudación de ingresos por impuestos en franca desaceleración, y el endeudamiento al máximo posible, la consecución de dinero para los gastos habituales se pone cada vez más cuesta arriba

No hace falta hacer un listado de debilidades, vicios, desperfectos y anomalías para convencernos que tenemos una crisis. No una crisis fiscal. No. Una crisis democrática.

Las impactantes imágenes del éxodo de hondureños (bebes, niños y adultos mayores incluidos) intentando sobreponerse a las llagas en los pies, el hambre, el agotamiento y los obstáculos políticos, legales y naturales para cubrir tres mil kilómetros de camino hasta vencer la categórica negativa del Presidente Donald Trump y penetrar territorio estadounidense, constituye la aplastante evidencia del fracaso de nuestra Centroamérica.

Al final de cuentas, por encima de la alambicada discusión fiscal, lo verdaderamente importante es el bienestar de las mayorías. Que cada vez una porción más alta de la población pueda tener comida, techo y oportunidades de progreso. Así de sencillo y así de difícil.

La Corte Suprema de Justicia aprobó este martes un pronunciamiento que complica las posibilidades de una pronta reforma fiscal, como urge el gobierno ante el temor a un descalabro financiero. Los magistrados de la Corte Plena sostuvieron que el plan de fortalecimiento de las finanzas públicas aprobado en primer debate el 5 de octubre, afecta la independencia y el funcionamiento del Poder Judicial.

La Corte Suprema de Justicia aprobó este martes un pronunciamiento que complica las posibilidades de una pronta reforma fiscal, como urge el gobierno ante el temor a un descalabro financiero. Los magistrados de la Corte Plena sostuvieron que el plan de fortalecimiento de las finanzas públicas aprobado en primer debate el 5 de octubre, afecta la independencia y el funcionamiento del Poder Judicial.