Fotografía: Semanario Universidad
Acaso un poco tarde lo cierto es que el ICE no pudo postergar más el tratamiento y le llegó por fin la hora de su propio proceso de fortalecimiento de finanzas públicas.
El Instituto Costarricense de Electricidad es como un espejo del país. Por eso, la cancelación del por décadas cuestionado megaproyecto Diquís (primero Boruca) el cierre de instalaciones ineficientes y la postergación de obras forman parte de las medidas anunciadas para contener el endeudamiento del grupo y sanear sus finanzas. Y es que sólo al cierre de este año las pérdidas se proyectan en 314 mil millones de colones.
El ICE (electricidad) no se adecuó a tono con los tiempos y ahora se encuentra con que el poco crecimiento de la demanda, el diferencial cambiario para hacer frente a su abultadísima deuda y la falta de decisión de no haber cerrado antes plantas sin uso y de enormes costos fijos como las térmicas, lo obligan a un viraje de gestión en la que por cierto se pone la bandera de la transparencia por delante. Un atributo-exigencia de los tiempos que otrora no formó parte del decálogo de buenas prácticas de la entidad.
Con la Ing. Irene Cañas Presidenta Ejecutiva del ICE iniciamos este lunes nuestra semana en Hablando Claro.