Fotografía: ElMundoCR
En #HablandoClaro iniciamos el recuento detallado de las afectaciones que va dejando ésta paralización parcial de servicios en cada institución del estado y empezamos con la Caja Costarricense del Seguro Social, acaso la más neurálgica de todas.
Este martes el Ministerio de Salud giró ordenes sanitarias de acatamiento inmediato y obligatorio para que los sindicalistas no obstaculicen los imprescindibles procedimientos de lavado y recambio de la ropa de los hospitales. Un límite que cruzaron algunos huelguistas.
Aunque la ausencia de funcionarios es notoriamente reducida, pues la entidad reporta poco más del 10% de brazos caídos, cada paciente en espera en una cama o devuelto a su hogar es una historia de vida, una angustia personal y familiar por falta de atención, un desplazamiento infructuoso desde algún lejano hasta el centro de salud y por supuesto, una recarga laboral para todos aquellos que no se adhirieron al movimiento.
Con el Presidente Ejecutivo de la Caja, Román Macaya conversamos acerca de los costos de la huelga y sobre el proceso de reposición de servicios que deberá concretarse en cuanto todo vuelva a la normalidad.