El riesgo de descalabro es alto. El plan fiscal que impulsa el Gobierno pende de un hilo en la Asamblea Legislativa, al menos en la versión que permitiría estabilizar las finanzas públicas.
El proyecto iba avanzando, pero con tal cantidad de excepciones que lo hacían encaminarse a una aprobación inútil en el objetivo del rescate fiscal. El balance de fuerzas políticas no estaba dando para más.
Este lunes intervinieron de emergencia la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, y el de Presidencia, Rodolfo Piza. Anunciaron la posibilidad de desconvocar el proyecto para abrir márgenes de diálogo mayores y mantener dentro el impuesto de 2% a la canasta básica y a la educación, dos temas controversiales. Al final de la jornada llegó otro mensaje: no, se mantiene en corriente legislativa. Cada pequeño movimiento cuenta; cada paso lo piensan dos veces; hay confusión en el ambiente.