Según reza un viejo adagio, cuando las cosas están mal siempre pueden empeorar. El proyecto de reforma fiscal ya de por sí insuficiente pareciera sobrevivir con respirador artificial.
Este martes en comisión legislativa recibió una nueva estocada cuando Liberación, Restauración y el Frente Amplio rechazaron el texto sustitutivo que presentó el gobierno con el afán de equilibrar más las cargas con la renta progresiva y cumplir parámetros para el ingreso a la OCDE (como la polémica limitación a la deducción de intereses).
La negociación para avanzar en un mínimo no muestra adelanto alguno. Y el tiempo juega en contra.
¿Cómo rescatar ésta limitada reforma tributaria que adversan abierta o indirectamente empresarios y sindicatos con un Ejecutivo que se muestra fuerte en lo técnico pero débil en sus posibilidades de negociación política?