El momento político nos recuerda que ejercer el poder requiere una constante calibración de equilibrios, tiempos y prioridades en contextos adversos. Lo urgente y lo importante se sopesa ante las promesas y las presiones.
El presidente Carlos Alvarado lo sabe y seguro que lo ha pensado en el cierre de esta semana, cuando se sumaron señalamientos por decisiones suyas que contradicen las expectativas de distintos sectores que lo apoyaron en la campaña.
No es la primera vez. Ya se había visto con la designación de las comisiones de Reforma del Estado y las críticas por algunos de sus miembros, entre ellos el excandidato conservador Mario Redondo, quien nos acompaña en el análisis.