Puede parecer absurdo dedicar energías a asuntos que en nada arreglan los problemas nuestros de cada día, pero así es la política y ello también marca sus dinámicas.
Sin cumplirse aún el primer mes de los nuevo cuatrienio, el gobierno de Carlos Alvarado ha debido enfrentar un cruce de acusaciones de copartidarios suyos en el Sistema Nacional de Radio y Televisión (Sinart) que ha salpicado la Presidencia y repercutido en la Asamblea Legislativa.
En paralelo, el Partido Restauración Nacional (PRN) enfrenta su incendio interno atizado por el propio presidente, Carlos Avendaño, que denuncia “una estructura paralela” para gastos en la campaña recién pasada y ha hecho activar las alarmas en el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE). En medio está la encuestadora Opol y encargados de la publicidad y la estrategia del proyecto electoral de Fabricio Alvarado, cuyo liderazgo está ahora bajo cuestionamiento en la segunda fuerza opositora.
¿Cómo atender los nublados del día sin restarle atención a los problemas urgentes y las prioridades de fondo del nuevo gobierno y los nuevos diputados? ¿Cuánto distrae un escándalo? ¿Cuánto condiciona, por ejemplo, a la discusión fiscal?
El análisis lo haremos con el politólogo Rotsay Rosales, que también trae fresco el complejo panorama electoral de Colombia, donde hay elementos que quizás nos suenen conocidos.