¿Cómo está el arroz? Esta popular frase recobra particular relevancia luego que el Tribunal Contencioso Administrativo y Civil de Hacienda acogiera una medida cautelar solicitada por productores en contra de uno de los decretos ejecutivos que redujo los aranceles de importación del grano y, consecuentemente, ordenara su suspensión.
Firmados en agosto del año 2022 la principal promesa era que generarían una reducción del precio al consumidor. Para analizar esto, casi dos años después, hay que ampliar en elementos del contexto nacional e internacional.
A lo interno, hay que aclarar la discrepancia entre el gobierno, que insiste en que si ha habido una rebaja del precio, y los datos del Índice de Precios al Consumidor que indican un aumento de casi el 4%, a pesar de la rebaja del arancel, así como de la caída del valor del dólar en el último año y medio.
Además, hay que puntualizar en las denuncias del sector acerca de que esta medida permitió a los importadores de arroz pilado y en granza no pagar alrededor de ₡20 mil millones al fisco, ocasionó la quiebra de 331 productores y derivó además en la disminución del área de siembra de 35.301 a 14.300 hectáreas, lo que ocasionó una caída de más del 100% de la producción nacional, de 153.173 toneladas a tan solo 60 mil toneladas.
Este cereal es la base alimentaria global, por lo que su producción es crucial de cara a las condiciones del mercado mundial, los impactos climáticos a la producción, y los conflictos internacionales, que perfilan riesgos para el abastecimiento con el consecuente peligro para la seguridad alimentaria de millones de personas.
Para analizar los equilibrios necesarios del mercado más distorsionado del mundo, las desregulaciones y las necesarias medidas de protección en esta coyuntura conversaremos con el economista Víctor Umaña.
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