La expresidenta Laura Chinchilla sigue adelante con su candidatura para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), aunque la postulación de un candidato afín a la Casa Blanca ha agregado complejidad al proceso.
La aspiración no es una mera carrera hacia la elección del cargo programada para realizarse en setiembre; es una oportunidad para que los países miembros sopesen la manera en que deberá conducirse la reconstrucción de las economías latinoamericanas después de esta pandemia.
No hay que trascender fronteras para ver los dilemas de un gobierno para mantenerse a flote, para propiciar (o dejar) que la economía fluya, para atender el fortísimo impacto sanitario y para evitar que se hundan en la pobreza cientos de miles de familias que hasta hace pocos meses ya enfrentaban enormes dificultades para llegar a fin de quincena. Es la realidad de nuestro propio país.
Las decisiones no están exentas de controversia ni de dolor. Recortes, impuestos y faltantes son solo tres de las palabras que juegan en una ecuación tan complicada como necesaria. ¿Es el FMI la única vía que permitiría al país escapar del precipicio? ¿Cuál es ese camino o acaso hay posibilidad de construirlo con planos propios? Con la expresidenta Laura Chinchilla y su mirada doble, nacional e internacional, hacemos nuestro Hablando Claro.