Por: Nicolás Boeglin, Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR)
El pasado 24 de agosto, las autoridades brasileñas ordenaron finalmente al Ejército iniciar tareas de apoyo en las labores para intentar contener las llamas que han afectado desde varias semanas amplias extensiones de bosques amazónicos en el territorio brasileño. Ello después de varios llamados hechos por distintos actores de la comunidad internacional y la renuencia de las autoridades brasileñas en considerar que se trata de un tema internacional, aduciendo que se trata de un problema de índole estríctamente interno.
Como bien se sabe, el bosque amazónico que cubre gran parte de Brasil y de Perú, así como de Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela, se compone de unos 5,5 millones de km2, y se considera el pulmón del planeta responsable del 20% del oxígeno que respiramos. El 60 % aproximádamente de ese conjunto de selvas tropicales se sitúa en Brasil. Menos divulgado, la Amazonia es también responsable de la regulación de todos los ciclos hidrológicos en la región y mucho más allá: gran parte de las formaciones nubosas que se forman en esta precisa zona del planeta garantizan a otros Estados lluvias en abundancia.
En julio del 2019, se evidenció el aumento abrupto de la tasa de deforestación en la Amazonia brasileña, consecuencia lógica del discurso de sus máximas autoridades (véase cable de Reuters), acompañándose de incendios en diversas partes de la región amazónica, sin que estos preocuparan mayormente a las precitadas autoridades.
El pasado 16 de agosto, el jefe de Estado brasileño protagonizó un inédito episodio con dos de los principales donantes del Fondo Amazonia creado en el 2008, Alemania y Noruega, al sugerirles reforestar sus propios territorios en vez de preocuparse tanto por financiar proyectos en la Amazonia: véase, sobre el tono particularmente airado de Jefe de Estado brasileño, esta nota de prensa de La Nación (Argentina).
Foto satelital tomada del artículo de prensa titulado "Incendies en Amazonie : « nous risquons d'assister à une savanisation de l'Amazonie »
La decisión de ordenar al Ejército brasileño apoyar las tareas para frenar el avance del fuego se da 24 horas después de un fuerte intercambio entre los jefes de Estado de Francia y Brasil (véase nota de prensa de Le Monde). Francia amenaza con oponerse al tratado de libre comercio entre la Unión Europea y los Estados Miembros del Mercosur recientemente suscrito, al considerar que Brasil "mintió" durante una cumbre del G-20 sobre sus compromisos en materia ambiental. Esta amenaza fue también evocada por el Presidente del Consejo Europeo de la UE (véase nota de prensa de ElPais).
A su vez España ha externado que no comparte la posición francesa al manifestar que: "Para España el objetivo de lucha contra el cambio climático es un objetivo prioritario, pero consideramos que es precisamente aplicando las cláusulas medioambientales del Acuerdo como más se puede avanzar y no proponiendo un bloqueo de su ratificación que aísle a los países del Mercosur" (véase cable de AFP).
Una reciente entrevista de Marina Silva difundida por la BBC (véase enlace) detalla el entorno político actual en Brasil que ha favorecido estos incendios.
En el mes de mayo del 2019, el Jefe de Estado galo recibió en París al lider indígena brasileño Naori Metuktire, y prometió apoyar los esfuerzos en pro de la conservación y de la protección de los bosques amazónicos (véase nota de prensa de Le Monde). Durante este mismo mes de mayo, Brasil presentó una propuesta para modificar sustancialmente los términos de la cooperación brindada por Alemania y Noruega al Fondo Amazonia (véase cable de la agencia de noticias EFE).
Es muy probable que otros Estados, además de Francia y la UE, alcen también la voz, ante lo que se puede considerar un incendio forestal con consecuencias a escala planetaria y un actuar intencionalmente errático para contenerlo: ambos evidencian la necesidad de un marco legal que permita una acción mucho más coordinada entre los Estados amazónicos y la comunidad internacional.
Según los datos dados a conocer por el mandatario galo, los incendios en Amazonia ya se han extendido por aproximadamente 1,2 millones de km2 (véase nota de prensa de BFMTV) y los integrantes del G-7 han acordado en su reunión en Biarritz (Francia) un desembolso urgente de 20 millones de US$ para intentar ayudar a los Estados afectados (véase nota de prensa de LePoint).