Del impacto inicial que le ha provocado la mayor crisis de su historia a un cuerpo colegiado tradicionalmente conservador y reticente en sus manifestaciones hacia la opinión pública, la Corte Plena (máximo órgano de la Corte Suprema de Justicia) decidió tomar el toro por los cuernos. No deja de ser entendible.
Después de todo –aséptica como se ha asumido siempre- la judicatura ha enfrentado un año sin precedentes. Pero lo que va mal, al parecer podría ser enderezado.
No sólo pasan por el amargo trago de aceptar un duro recorte a su insostenible régimen de pensiones, tras una huelga de empleados que los dejó sin posibilidades de mayor oposición. También han debido enfrentar los fuertes coletazos del caso más sonado de tráfico de influencias del que tenemos noticia.
Pero como decía el maestro Albert Einstein, “sin crisis no hay desafíos…sin desafíos no hay mérito”. Así que 31 magistrados entre titulares y suplentes pisaron el acelerador en el planteamiento de reformas urgentísimas: el procedimiento para garantizar la selección de magistrados independientes, e idóneos técnica y éticamente, el establecimiento de la carrera fiscal, los requerimientos de los informes anuales del Fiscal General, y la reforma integral al proceso penal y la lucha contra la corrupción , son los temas más sonados.
Pero no dejan de lado los correctivos internos: régimen disciplinario, protocolo de conducta y hasta la depuración de las funciones de la Corte Plena. Sin olvidar, además, (por fin) la política comunicativa para un diálogo permanente con la sociedad civil.
¡Albricias! ¡La Corte se mueve!
Con los magistrados Nancy Hernández, Román Solís y Paul Rueda, este miércoles 1º de noviembre en Hablando Claro.